“La fotografía es el arte de la observación. Se trata de encontrar algo interesante en un lugar ordinario. Me he dado cuenta de que tiene poco que ver con las cosas que ves y mucho con cómo las ves.” Elliott Erwitt
El gusto y sus formas definidas de expresión artística, surgen en función de las condiciones particulares de la vida social en cada uno de sus momentos históricos; y a su vez las reflejan. Un cambio en la estructura social trae consigo un cambio en los temas y en las maneras de expresarlos.
En la vida contemporánea la fotografía es utilizada en innúmeras actividades, es medular para la industria, el arte y la ciencia. Está tan latente en nuestra vida cotidiana que, de tan vista, no nos percatamos de ella.
Todas las capas de la sociedad gozan de esta técnica artística, es un instrumento para preservar y reproducir una realidad inmediata y también un medio para construir y compartir otras realidades. Por la ingente cantidad de aplicaciones que tiene la fotografía y por su potencial de influencia en nuestro comportamiento, evidenciamos que su técnica ha modificado nuestra forma de percibir y habitar el mundo, partiendo de temas esenciales para nuestro desenvolvimiento en el medio, como lo es la autopercepción. Pensemos, por ejemplo, que antes de la fotografía, las personas no tenían una forma certera de saber cómo lucían de niños, sí podían mirarse al espejo y tener conciencia de su propia imagen a partir de cierta edad, pero de manera limitada, pues no podían visualizarse con los ojos cerrados, estando de perfil o de espaldas.
Con la aparición de las cámaras fotográficas, el imaginario colectivo fue mutando y como es natural, en un principio lo que no es entendido es mitificado por el ser humano, así que durante gran parte del siglo XX, en Pekín, se decía que la fotografía se llevaba el alma de las personas, incluso se consideraba una ofensa retratar al emperador, este mito se extendió por toda la esfera; actualmente, en una generación tan visual como la que vivimos, y gracias al avance de la tecnología, capturar imágenes se ha vuelto el meollo de casi cualquier actividad, tanto así que en las dinámicas económicas, políticas, relacionales y culturales ya aparece como una necesidad, esto nos ha llevado a democratizar por completo la creación de contenidos, ¡cada día estamos generando tantas imágenes!, hoy en dos minutos, podemos tomar más fotografías que todas las que se tomaron durante todo el siglo XIX.
En la vida contemporánea la fotografía es utilizada en innúmeras actividades, es medular para la industria, el arte y la ciencia. Está tan latente en nuestra vida cotidiana que, de tan vista, no nos percatamos de ella.
