La comunicación es la esencia de la actividad social y profesional, el núcleo de su funcionamiento.
Una buena comunicación mejora la empatía, la colaboración y las estrategias de adaptación a los álgidos cambios del entorno, además facilita el consenso respecto a los objetivos comunes y a la coordinación de acciones necesarias para lograrlos.La comunicación es la esencia de la actividad social y profesional, el núcleo de su funcionamiento. Una buena comunicación mejora la empatía, la colaboración y las estrategias de adaptación a los álgidos cambios del entorno, además facilita el consenso respecto a los objetivos comunes y a la coordinación de acciones necesarias para lograrlos.
A nivel personal, permite determinar más claramente cuáles son nuestras prioridades vitales y nos encamina a la satisfacción de las propias necesidades, ubicándonos en el marco de los acuerdos que día a día realizamos, de nuestros compromisos y del nivel de coherencia que existe entre lo que decimos y hacemos.
Todo comunica, las palabras, los silencios, los gestos, las acciones, el entorno, todo. De hecho, la kinésica constituye un gran porcentaje de nuestra comunicación.
Un lenguaje corporal adecuado mejora nuestras dinámicas relacionales en todos los ámbitos, pues refleja nuestra autopercepción y la manera en que respondemos a los patrones socio-culturales. Es medular que nuestro discurso verbal y el no verbal estén compenetrados, que sean coherentes, para transmitir mayor confianza en los procesos de construcción colectiva.
Además, el desarrollo tecnológico e informativo de la sociedad actual nos provee de múltiples canales y herramientas, más allá de las humanas, para una comunicación óptima. Habitamos una generación audiovisual, donde los mayores activos han llegado a ser la atención, la visibilidad y el posicionamiento y, son precisamente los medios audiovisuales, esos aliados estratégicos para abrir ventanas y contarnos al mundo, exponer nuestros criterios de validez, nuestros sentires y nuestras creaciones y generar nuevo conocimiento, interacción y riqueza a partir de ello. Magenta es el color que nos identifica; el nombre de una serie de productos, cursos y espacios que comprenden la identidad de nuestra Escuela de comunicaciones. Nuestra primera versión, Campamento Magenta, fue nuestra primera experiencia inmersiva y de aprendizaje intensivo, a través de la convivencia, la práctica y el desarrollo de habilidades comunicativas, en un lugar rodeado de naturaleza. El campamento nos inspiró a crear Playa Magenta, producto tipo reality, que aportará al desarrollo profesional y personal de los participantes, para que se perfilen como personas versátiles, a través de la superación de diferentes retos comunicativos.
Afrontamos día a día enigmas y nuevos retos tales como la economía, la genética, las epidemias, la pobreza, la hambruna, el cambio climático, la creciente población, entre otros, que son hoy una certeza. Es indispensable contar con personas capacitadas en la implementación de estrategias sustentables que mengüen el gasto energético y el detrimento ambiental, pues el mundo nos exige vivir a la vanguardia sostenible y a pensar en temas de progreso para el bienestar nuestro y de nuestro planeta.
Este increíble proyecto no muere como espuma en la playa; más bien, es una ola que va tomando fuerza y afluirá en diferentes versiones. Estamos trabajando con ahínco para diseñar nuevas experiencias personalizables y adaptables a las necesidades particulares de cada grupo, empresa, o proyecto comunicativo.
