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La palabra “Biofábrica” es cada vez más frecuente entre agricultores de Colombia y el mundo, esto se debe a la búsqueda de prácticas agrícolas alternativas para impulsar dinámicas de productividad sostenibles e innovadoras, que aporten al desarrollo socio-económico del país y a la conservación y cuidado de todas las formas de vida, como respuesta a los desafíos globales.
Una biofábrica es una fábrica de vida, que se puede tener de forma artesanal o tecnificada, en ella se producen nutrientes para la tierra y las plantas, además de controladores que mantienen el cultivo sano y con baja incidencia de plagas, y le permiten al productor prescindir del uso de pesticidas tóxicos y de la compra continua de abonos y plaguicidas.
La producción de los agroinsumos se realiza desde y para la naturaleza, utilizando componentes como harinas de roca, sulfatos minerales, melaza, estiércol, microorganismos de montaña, entre otros; en este proceso se realiza una transmutación biológica- mineral, de la cual se obtienen productos líquidos y sólidos, listos para aplicar de forma edáfica y foliar.
La biofábrica se convierte en la fuente principal de insumos para el cultivo, brindando autonomía y disminución de costos al agricultor, propiciando la interacción armónica entre la física, la química y la biología, la primera base para un cultivo sano.
La biofábrica es para una finca lo que una cocina para una casa, el lugar donde se transforman y disponen los alimentos para nutrirnos, además de las bebidas y remedios ancestrales para curarnos.
Comprende 3 factores fundamentales, que se conocen como el ABC de la Agricultura Orgánica:
Abonos orgánicos fermentados sólidos
Biofertilizantes o Biofermentos (minerales quelatados)
Caldos minerales como controladores y aportantes de nutrientes.
Los Abonos orgánicos fermentados sólidos son una mezcla de productos ricos en materia orgánica, como carbón vegetal, gallinaza o estiércoles, cascarilla de arroz o cisco de café pergamino, salvado de arroz, tierra, entre otros ingredientes como el agua y la melaza; estos elementos se someten a una fermentación aerobia, a partir de microorganismos de montaña o levadura; el Bocashi es uno de los abonos más conocidos.
Los Biofermentos son fertilizantes ricos en micro y macro nutrientes solubles como Nitrógeno, Fósforo, Potasio, Calcio, Magnesio, Manganeso, Zinc, Silicio, Boro, Molibdeno, entre otros; además de microorganismos benéficos como coadyuvantes para el aprovechamiento de minerales en estado no soluble y el mantenimiento del equilibrio y salud de la tierra y las plantas.
Los Caldos minerales como controladores y aportantes de nutrientes son preparados a base de cobre, azufre, cal hidratada, zinc, entre otros, dependiendo del caldo mineral, cada uno de estos elementos funciona como fungicida, acaricida, constituyente o activador enzimático, entre otros, y a partir de los mismos se pueden tratar enfermedades en los cultivos como el mildéu y el oídio o corregir deficiencias nutricionales. Algunos de los preparados más conocidos son el caldo bordelés, sulfocálcico y protectozinc, otros preparados como hidrolatos de tabaco, ortiga y el apichi ayudan a controlar la incidencia de masticadores.
El instrumento principal y clave para la operación y aprovechamiento de una biofábrica se basa en el aprendizaje continuo y el conocimiento de los saberes fundamentales, por ello IME – Escuelas técnicas, promueve la transmisión del conocimiento, así como el acompañamiento y asesoría para la implementación de nuevas biofábricas, para que tanto los campesinos como los empresarios puedan incorporar estas nuevas prácticas para obtención de agroinsumos en sus fincas.
¡Sí es posible una agricultura libre de agentes tóxicos, que preserve la vida, la fertilidad del suelo y el sostenimiento de tu proyecto productivo!
Autor: Paula Andrea Palacio y Milton Herrera.